La comunicación pos-COVID

La comunicación en tiempos del #coronavirus pugna por acaparar las palabras seguridad y #confianza, lanzadas especialmente desde los sectores públicos, que chocan con otras que se escuchan desde los sectores empresariales, como son #incertidumbre y distancia.

Seguridad y confianza se repiten como un mantra tratando de ejercer algún poder psicológico o espiritual en el consumidor y para ello cualquier sonido, imagen o texto que invoque a esa parte cerebral de las emociones, es bienvenido.

Por otro lado, como la mente humana es caprichosa sucede que a pesar de lanzar estos eslóganes de confianza y seguridad, damos con hueso. Esto sucede porque se encuentran con la resistencia de otros sentimientos mucho más fuertes: la incertidumbre y la distancia, dos sensaciones ligadas a algo tan poderoso como el miedo (en su sentido más general y a un rebrote en particular).

No estamos en el momento de vender la mejor batidora o la más bonita sino de ofrecer la batidora que resuelve un problema o cubre una necesidad.

Nos encontramos, por tanto, en una encrucijada comunicativa. ¿Seguir insistiendo con “confianza” y “seguridad” o enfocarnos en vencer la “incertidumbre” y la “distancia”? Pudiera pensarse que con los dos primeros contrarrestamos los segundos, pero la comunicación de #crisis, y esto lo es, nos remite a centrar el mensaje en lo que podemos hacer y cómo en un situación con tantas dudas sobre el presente y el futuro.

La recuperación de la economía local, al menos, pasa por la proactividad y empatía de los empresarios en la elección del mensaje y los contenidos que tiene que comunicar, porque los clientes están esperando información honesta y relevante.